Historia general
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Carchuna
Calahonda
Carchuna tiene su origen con el asentamiento en Los Llanos, donde pequeños agricultores fueron formando el núcleo poblacional en torno al almacén agrícola construido por Florentino Vázquez y su esposa Marina Cortés de la Torre en 1953 , junto a su sobrino el empresario local Fulgencio Spá. Sus primeros habitantes procedían de diversas localidades de la Alpujarra como Torvizcón o Rubite. El despegue definitivo llegó con la construcción de viviendas a cargo del Instituto para la Reforma y Desarrollo Agrario. La inmigración también ha hecho crecer en los últimos años este pueblo, donde la población ya supera las 2000 personas.
En 1974 termina de construirse por el I.R.Y.D.A. (Instituto para la Reforma y Desarrollo Agrario) un pueblo de los llamados de colonización, que se sitúa justo al lado del núcleo antiguo ‘el pueblecillo’, construido con escasos medios por los propios agricultores que se fueron asentando en el llano, con lo que la afluencia de población crece de forma espectacular.
El castillo poseía cuatro cañones. En cuanto al personal que tenía asignado era: un oficial y 18 hombres de infantería; 1 cabo y 8 hombres de caballería, para patrullar la playa; un cabo y 4 artilleros; un guarda-almacén y un capellán.
Los franceses primero y los británicos después lo dejaron mal parado hasta la actualidad, siguiendo un lento proceso de deterioro. También fue este castillo protagonista de un capítulo importante de la historia de la guerra civil española, cuando el 23 de mayo de 1938 se produce un rescate de presos republicanos, en su mayoría asturianos, que allí se encontraban.
La agricultura marca el ritmo de crecimiento económico de este pueblo y tiene su punto de inflexión en el desarrollo de la agricultura intensiva bajo plástico. Los invernaderos cambian el paisaje pero también la economía carchunera que gira fundamentalmente en torno a estas explotaciones agrarias. No obstante, Carchuna tiene también un fuerte atractivo turístico que se centra en las playas y donde diferentes negocios hosteleros y campings ofertan una interesante propuesta para los visitantes.
Las aguas más transparentes y profundas de toda la Costa Tropical las encontramos en estos parajes. Si circulamos por la N-340 en dirección a Motril, una vez pasada la localidad de Castell de Ferro, podremos divisar desde un pequeño y poco advertido mirador que esto es así. El fondo adquiere tonos azules y turquesas. Para los caleños su vida gira alrededor de la playa, el lugar más concurrido del pueblo en cualquier época del año. Y es que allí el invierno no existe por su proximidad al mar y por ubicarse en la Costa Tropical, tiene uno de los mejores climas de Europa, con temperaturas en torno a los 20 grados durante la época invernal.
Todo ello contribuye que cada vez más turistas hayan elegido éste como su destino preferido e incluso residencial durante todo el año, aunque es en verano cuando ve multiplicado su número de habitantes. Es un pueblo situado a 13 kilómetros de Motril, que cuenta con Ayuntamiento junto con Carchuna desde hace escasos dos años. Su joya es una magnífica playa de arena gruesa y limpia, de aguas profundas y transparentes, que por su litoral suele estar habitualmente en calma, aunque tiene una mayor bravura en la zona de El Embarcadero, donde la vista se pierde ante una estampa de decenas de barquitas bajo el amparo de su acantilado.
La historia de este pueblo siempre ha estado unida a la del mar. En la actualidad es un lugar ampliamente visitado por aficionados a la pesca de caña y la submarina, donde existen varias escuelas donde se imparten cursos de submarinismo. El chapoteo de las olas contra las rocas hace sospechar – junto con la leyenda – que un buen número de secretos se quedaron ocultos en el fondo de esta agua. Como también ha quedado enterrada en el tiempo su tradición de puerto pesquero que aventajó hasta el siglo XIX al del Varadero, de Motril. Pocos saben hoy día que era donde atracaban los barcos de comercio que navegaban hasta el continente americano y a otros puntos del mundo, por considerarse que su ensenada tenía mejor fondo para ello.
Fue en 1841 cuando se concede a su puerto la categoría de aduana de segunda clase, como han difundido en los últimos tiempos los historiadores locales. Uno de los hechos que tienen casi la certeza de que ocurrió en realidad es que el 13 de octubre de 1805 un barco inglés, con bandera española, se adentró en las costas granadinas, pasando el castillo de Carchuna y el Farillo hasta el puerto de Calahonda, donde izó su verdadera bandera y comenzó a cañonear a los barcos que allí se encontraban atracados. El núcleo de población se constituyó en torno a su puerto. Las principales huellas que han llegado a nuestros días las dejaron los hombres del XIX. También fue a finales de este siglo (1872) cuando los vecinos de creencias católicas, ya no tenían que desplazarse hasta Gualchos para oír misa, al ver terminada su iglesia de la Purísima. Sin embargo, también posee monumentos anteriores. La atalaya del Zambullón se encuentra sobre un acantilado bastante vertical, cerca de la carretera y en dirección a Castell de Ferro. La construcción data del siglo XVI y su misión era proteger la embocadura del puerto de los piratas. También servía para vigilar la playa de La Rijana, cruzando su fuego con la del Llano de Carchuna a Poniente y con el Fuerte de Castell a Levante.Está hecha de mampostería de piedra caliza y mortero de cal. Muchos proyectos quedaron para la historia no conclusa de Calahonda, como la construcción de un nuevo arsenal en el puerto o la unión por medio de un ferrocarril de la población con la capital para el tráfico de mercancías. En la actualidad, ya es una realidad su constitución como Entidad Local Autónoma, junto a Carchuna.